La ciberseguridad desempeña un papel crucial en la protección de las organizaciones contra las amenazas digitales, y su efectividad va más allá de simplemente adoptar tecnologías específicas. El verdadero fortalecimiento comienza con un compromiso total por parte de los equipos ejecutivos, que se extiende a los equipos de Operaciones TI y Seguridad. Estos equipos deben mantenerse constantemente alerta, esforzándose en mejorar procesos y fomentar la colaboración interna.

Lamentablemente, muchas organizaciones se enfrentan a pérdidas significativas y repercusiones comerciales debido a ataques cibernéticos, y esta problemática se ve agravada por diversos factores. La dispersión de datos en repositorios locales, en la nube y en el borde presenta un desafío considerable, elevando el riesgo de intrusiones y complicando la implementación de medidas efectivas de ciberdefensa. Además, la falta de herramientas y procesos estandarizados para la recuperación cibernética en distintos repositorios dificulta aún más la capacidad de respuesta.

Según Alberto Vique, CEO de Tier1, muchas veces tener solo un enfoque táctico predominante hacia la detección y recuperación de intrusiones, en lugar de considerarlo como una iniciativa estratégica a largo plazo, también contribuye a la vulnerabilidad de las organizaciones. La falta de coordinación entre los equipos de Operaciones TI y Seguridad, a menudo debido a estructuras de liderazgo diversas, agrava aún más la situación.

Para abordar estos desafíos y fortalecer la ciberresiliencia, es esencial adoptar un enfoque dual que incluya tanto la prevención como la recuperación de intrusiones. Aunque se reconocen los esfuerzos en materia de prevención, ninguna medida puede garantizar la exclusión total de las intrusiones. Por lo tanto, las organizaciones deben equiparse con capacidades de recuperación que sean 100% a toda prueba, asegurando una recuperación rápida y minimizando la pérdida de datos sin recurrir a pagos de rescate.

Particularmente para aquellas organizaciones que gestionan una variedad de cargas de trabajo, desde virtuales y físicas hasta heredadas, se vuelve imperativo explorar soluciones integrales que aborden los diversos requisitos cibernéticos dentro de la estructura organizacional.

Las pruebas son críticas y tienen una importancia primordial, según Alberto Vique, estas pruebas y la validación rigurosa son clave para que la estrategia de recuperación sea efectivamente a toda prueba. Y es muy necesario superar la tendencia de descuidar las pruebas de recuperación ante desastres y cibernéticas debido a la percepción de ser prolongadas y disruptivas. Dada la inevitabilidad de los ciberataques, la validación de los sistemas de recuperación adquiere una importancia incomparable, y se deben implementar varios métodos de prueba, desde verificaciones previas hasta simulaciones y pruebas físicas.

Aunque la protección y detección de violaciones de datos a menudo acaparan la atención en el ámbito de la ciberseguridad, la fase de recuperación también merece una atención significativa. Las pruebas y validaciones adecuadas pueden evitar las consecuencias negativas de tiempos de recuperación prolongados, como la pérdida de ingresos, la pérdida de clientes y el costo general del tiempo de inactividad.

La colaboración efectiva entre los equipos de Operaciones TI y Seguridad es esencial para una preparación y respuesta cibernética eficaz. Aunque los equipos de Seguridad se centran en la detección y prevención de intrusiones, su falta de visibilidad en los sistemas y requisitos de recuperación a menudo resulta en enfoques dispares. La coordinación se ve complicada por la diversidad en las estructuras organizativas y la jerarquía de informes entre equipos.

Para mejorar la comunicación y la colaboración, es imprescindible contar con conjuntos de herramientas integradas que abarquen tanto a los equipos de Operaciones TI como a los de Seguridad. La automatización desempeña un papel crucial al permitir una colaboración más efectiva, automatizar tareas rutinarias y permitir que los equipos se centren en aspectos estratégicos de la resiliencia tecnológica.

El reconocimiento de que la resiliencia de TI es un esfuerzo de toda la empresa destaca la importancia de un compromiso ejecutivo sólido y la visibilidad en todas las líneas de negocio. La junta directiva y los debates sobre iniciativas de ciberseguridad refuerzan la posición estratégica de la resiliencia dentro de la organización.

La detección rápida de amenazas cibernéticas se vuelve crucial para reducir el impacto y acelerar los esfuerzos de recuperación. A pesar de los tiempos de detección rápidos, la naturaleza cambiante de los ciberataques destaca la insuficiencia de los procesos manuales de detección y presentación de informes.

El seguro cibernético ha ganado popularidad en respuesta al aumento de los costos de los ciberataques. Sin embargo, es vital tener en cuenta las limitaciones de algunas pólizas, que a menudo se centran en los costos de recuperación de datos, excluyendo otros gastos críticos. Muchas organizaciones consideran prudente obtener un seguro cibernético, pero también se enfocan en implementar prácticas de seguridad sólidas.

La falta de habilidades en respuesta a incidentes es un desafío significativo para muchas organizaciones. Los equipos de respuesta a incidentes, con su experiencia y conocimiento en diversos métodos de ataque y estrategias de recuperación, son recursos valiosos en la gestión posterior a un ciberataque.

La prevalencia de ataques de ransomware y otros malware ha llevado a una realidad sombría. La ejecución exitosa de ataques de "doble amenaza", que combinan exfiltración de datos y cifrado, aumenta la presión sobre las organizaciones para realizar pagos de rescate. Aquellas organizaciones centradas únicamente en la recuperación pueden volverse vulnerables a estos esquemas de doble amenaza.

Ante estos desafíos, los ingenieros de Tier1 recomiendan varias mejores prácticas, como priorizar la protección de las copias de seguridad, implementar cifrado de datos, hacer que las copias de datos sean inmutables y seguir una estrategia de respaldo robusta. La adopción de una arquitectura de confianza cero, con autenticación multifactor y control de acceso basado en roles, mejora aún más la seguridad.

En resumen, el complejo panorama de la ciberseguridad requiere un enfoque estratégico y multifacético. Las organizaciones deben reconocer que la resiliencia tecnológica no es solo un desafío tecnológico, sino un esfuerzo de toda la empresa que comienza con el compromiso ejecutivo. La colaboración entre Operaciones TI y Seguridad, la integración de conjuntos de herramientas y la adopción de mejores prácticas son componentes esenciales de una sólida estrategia de preparación cibernética. Abordar integralmente estos desafíos permitirá a las organizaciones navegar por el panorama de amenazas en constante evolución y mejorar su resiliencia contra las amenazas cibernéticas.

CEO (Chief Executive Officer)

Alberto Vique