Por: Juan Jose Pimento – Asesor Estratégico / ESRI PANAMA
Cuando analizamos en retrospectiva lo que significó la década del 2011 al 2020 para el comercio global, vemos cómo una serie de eventos climáticos extremos han paralizado cadenas de suministros, devastado comunidades, destruido negocios y alterado de manera dramática los mercados internacionales.
Si le sumamos a esto el impacto producido por el advenimiento cada vez más cíclico de enfermedades como el MERS-CoV y el SARS-CoV-2 y eventos geopolíticos de impacto global como la recién invasión de fuerzas rusas a Ucrania, nos encontramos ante un escenario en donde las empresas que mejor estén preparadas para recabar y procesar grandes cantidades de datos para evitar o mitigar riesgos a su cadena logística se convertirán en empresas líderes de sus sectores, mientras aquellas que se queden rezagadas en esto corren un riesgo de perder en este mercado.
Así como los científicos han utilizado tradicionalmente herramientas geográficas para entender el cambio climático, ejecutivos de empresas mayoristas están empezando a utilizar información geoespacial respaldada por ciencias de datos para entender la ubicación de sus activos a lo largo de su cadena logística en relación con amenazas climatológicas o de otras naturalezas como las previamente señaladas.
La conciencia situacional espacial que es provista por Sistemas de Información Geográfica (SIG), conocida como inteligencia geoespacial, revela patrones y conexiones que son casi imposibles de identificar utilizando hojas de cálculo. Con estas herramientas, ejecutivos de empresas pueden visualizar métricas del negocio, predicciones climáticas con diversos modelos, alertas de eventos y otros datos que varían drásticamente con respecto a la ubicación geográfica. Por ejemplo, se podría detectar un patrón similar al de los monzones del 2011 que provocaron inundaciones masivas en Tailandia que ocasionaron entonces más de $ 50,000 millones USD en pérdidas por la disrupción de la cadena logística de Bangkok.
Los SIG proporcionan un sistema nervioso digital centralizado a empresas que permite contextualizar y analizar datos. Esto ayuda a los tomadores de decisiones a diseñar e informar sobre estrategias de resiliencia a largo plazo y también a responder de manera oportuna ante peligros detectados a corto plazo por múltiples amenazas. Las organizaciones que operan basadas en inteligencia geoespacial, - que incluyen a algunos de los más grandes “retailers” del mundo – dependen de tableros de información basados en SIG que son desarrollados para sus centros de operaciones de emergencia (EOC por sus siglas en inglés) y para sus Centros de Operaciones de Seguridad Global (GSOC por sus siglas en inglés).
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Figura 1. Ejemplo de un Tablero de Operaciones de amenazas mundial de cadena logística.
Al adoptar el uso de inteligencia geoespacial en sus operaciones, líderes de negocios pueden ver eventos climáticos y reportes de incidentes en fábricas en diversos lugares al mismo tiempo e iniciar la implementación de estrategias de mitigación específicas a cada ubicación. En el caso de incidentes climáticos, una empresa tecnológica podría advertir a sus colaboradores que trabajen desde casa, un restaurante podría abastecerse con tiempo de bienes y un fabricante puede ordenar componentes de proveedores alternos.
En resumen, a nivel mundial, empresas de cualquier índole y tamaño están utilizando tecnologías de punta como aprendizaje de máquina e Inteligencia artificial en conjunto con SIG y datos históricos para realizar análisis sobre las posibles amenazas que sus empresas puedan estar afrontando en los próximos 15 a 30 años y desarrollar sus Estrategias de Resiliencia enfocadas a garantizar un balance en lo ambiental, lo social y la gobernanza (ESG por sus siglas en inglés). La pregunta, que debemos hacernos es ¿qué está haciendo mi organización para sobrevivir a las amenazas que enfrentará en la próxima década?
AUTOR:
Juan Jose Pimento
Asesor Estratégico
ESRI PANAMA
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