Autor: Fernando Aguilar - Chair del Comité de Finanzas / Director de Auditoría y Aseguramiento en BDO Panamá
En los últimos informes publicados tanto por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, Junta Europea de Riesgo Sistémico y del Foro Económico Mundial, han elevado el nivel de importancia los asuntos relacionados con el clima y de sostenibilidad en general, debido que ha ido en aumento el nivel de riesgo por los desastres naturales extremos y pérdida de la biodiversidad, así también los asociados a la protección del consumidor y la transparencia; por lo cual los inversionistas y la sociedad en general estarían interesados en conocer como los grupos bancarios gestionan eficientemente sus recursos para mitigar los riesgos climáticos, maximizar su capital financiero y apoyar a la transparencia del sistema bancario global en general.
Para lograr el cumplimiento de una hoja de ruta para la reducción de las emisiones de carbono estipulado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y del Acuerdo de París, debe existir una movilización de los recursos económicos hacia operaciones que sean sostenibles, por lo cual es imprescindible que el sector bancario en general pueda tener dentro de sus agendas la inclusión de planes de inversiones y de financiamiento a entidades que estén vinculados a actividades que sean sostenibles. En ese sentido, tanto instituciones gubernamentales y de Gobierno Central, así como bancos, aseguradoras, fondo de pensiones y administradoras de activos pueden contribuir de forma conjunta apoyar al crecimiento económico de Panamá para lograr una transformación y generar un compromiso sostenible a largo plazo.
Recientemente se ha gestionado iniciativas como la Taxonomía de Finanzas Sostenibles de Panamá y cooperaciones en políticas climáticas entre la Unión Europea y Panamá, lo que permite crear canales entre las entidades financieras para trabajar en productos financieros sostenibles y mercados emergentes para lograr la reducción de la huella de carbono y canalizar recursos a ese tipo de operaciones.
En sí todos los temas relacionados a la gestión de riesgos climáticos y de sostenibilidad en el sector financiero tiene un eje común: la transparencia y reputación. Los indicadores publicados recientemente por las instituciones gubernamentales reguladores y supervisores del sistema financiero en Panamá, comparten temas comunes sobre aumento de la transparencia, reputación y actividades operacionales, lo que se traduce mayor volumen de transacciones debido a la confianza del mercado. La sostenibilidad y la transparencia permitiría a los inversionistas conocer no solo como la entidad bancaria gestiona sus recursos, sino si esta canalización de recursos va vinculado a actividades sostenibles con sus clientes e inversionistas, la gestión de la privacidad de datos del cliente, como se abordan los riesgos relacionados a la seguridad de los datos y como desarrolla la práctica de venta de sus productos con clientes.
La implementación de una estrategia de sostenibilidad para mitigar los riesgos climáticos y de sostenibilidad, permitiría a las entidades bancarias también gestionar de forma eficiente en sus matrices de riesgos asuntos como el deterioro de los activos no financieros, disminución de la demanda de sus productos y servicios, y cambios significativos en los patrones de pérdida de crédito esperada para sus préstamos a clientes y otros activos financieros. En sí, las estimaciones de las repercusiones financieras del cambio climático van desde los más de 43 billones de dólares en activos bajo gestión que estarán en riesgo hasta finales de siglo, hasta un costo de 13,5 billones de dólares en eficiencia energética y tecnologías bajas en carbono necesarias solo entre 2015-2030.
¿Qué pudiera hacer las entidades financieras en ese sentido? La transición climática y de sostenibilidad varía en distintos niveles y dependerá mucho de la estrategia que implemente la entidad financiera, aún cuando sea del mismo sector geográfico o de operación. Podemos obtener casos de estudios y apoyo de firmas consultoras para lograr ajustar las necesidades de los inversionistas sobre información sobre sostenibilidad. Uno de esos ejemplos puede ser el de Raiffeisen Bank International de Austria, banco corporativo y de inversiones, el cual fue firmante de los Principios para la Banca Responsable de las Naciones Unidas a inicios de 2021, y estableció en su visión y misión pilares para ser un banco responsable como parte de su estrategia de negocios:
Basado en este ejemplo, esta entidad bancaria ha identificado y evaluado su impacto en las personas y el ambiente, basados en las tres dimensiones (ambiental, social y de gobernanza) tanto en su portafolio de inversiones, así como en sus 122,000 clientes corporativos y 17 millones de clientes de consumo, banca privada y de negocio a través de Europa Central y Oriental, y lo llevó a identificar riesgos y oportunidades para el cumplimiento de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, medición del desempeño más eficiente e identificar nuevas oportunidades de mejora de procesos y de negocios.
Los participantes del sector financiero tienen una responsabilidad importante en cuanto a la identificación de riesgos y la mitigación a través de oportunidades en la canalización de recursos a financiamientos que otorgan, lo que es importante ir tomando acciones concretas con tiempo para ir a la vanguardia como sistema bancario panameño en general. En sí, la banca panameña seguirá fortaleciéndose en la medida que adoptemos las mejores prácticas a nivel global para lograr ser competitivos e innovadores, y preocupados por las necesidades de los inversionistas y de grupos de interés a nivel global, regional y local.