Por: Cristina Cabrera, Chair del Comité de Sostenibilidad y Eda Soto, integrante del Steering Committee del Comité de Sostenibilidad.
“Siempre es el momento adecuado para hacer lo correcto”. Esta frase atribuida al Dr. Martin Luther King Jr. refleja la esencia de la ética. Según la Real Academia Española, ética es el “conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida”, y también “parte de la filosofía que trata del bien y del fundamento de sus valores”. Al colocar el concepto de ética en el ámbito empresarial, encontramos lo expresado por Peter Drucker, considerado el padre de la administración moderna, quien señala que “administrar es hacer las cosas bien; liderar es hacer las cosas correctas”.
Tanto en el plano individual como en el plano empresarial, es claro que la ética es un factor clave para lograr la continuidad de un círculo virtuoso de generación de valor compartido y la sostenibilidad individual, empresarial y de la sociedad. Para alcanzar el desarrollo, la ética es un elemento indispensable.
En las últimas décadas, a medida que vemos más cambios –y cada vez más acelerados– en la economía mundial, las empresas exitosas han reconocido el valor de adoptar prácticas éticas. Empresas de renombre mundial han fracasado o incluso desaparecido por fallos generados a partir de la ausencia de principios éticos en sus administraciones u operaciones.
En tal contexto, muchos esfuerzos se han venido impulsando para promover la responsabilidad empresarial, “un comportamiento transparente y ético que contribuya al desarrollo sostenible, que cumpla con la legislación aplicable y que sea coherente con la normativa internacional de comportamiento” (Norma ISO 26000). Ello implica que las empresas deben tomar en consideración otros aspectos -como los sociales y ambientales- en su toma de decisiones, así como la rendición de cuentas por los impactos que sus decisiones y actividades causen en la sociedad y el ambiente.
De hecho, la Norma ISO 26000, que es una guía sobre la responsabilidad social empresarial, cita siete principios que las organizaciones deben cumplir para lograr una conducta correcta respecto a la diversidad social, ambiental, legal, cultural, política y organizativa, en línea con la normativa internacional de comportamiento. Dichos principios son:
- La rendición de cuentas
- La transparencia
- El comportamiento ético
- El respeto a los intereses de las partes interesadas
- El respeto al principio de legalidad
- El respeto a la normativa internacional de comportamiento
- El respeto a los derechos humanos
Existen múltiples referencias sobre cómo existe una relación directa entre los resultados financieros de las empresas y los aspectos que antes se consideraban como “intangibles”, como el cuidado del ambiente, la relación con grupos de interés, la reputación, la ética y la gobernanza. Ahora, éstos se consideran determinantes en los mercados capitales, y existen evidencias de sus efectos tangibles en los resultados obtenidos por las empresas en evaluaciones y valoraciones.
La forma en que los grupos de interés -incluyendo a los empleados, clientes, proveedores, entes reguladores, el gobierno, y la comunidad- perciben a la empresa, y lo que dicen sobre ella, tiene un impacto directo en su reputación y finalmente en el precio de sus acciones, pues contribuye con el ahorro de costos, la mitigación de riesgos y el incremento general del valor de la empresa. Todo ello, mientras la empresa contribuye con la sociedad.
Por lo anterior, una buena práctica es establecer programas de ética en las empresas. Normalmente estos programas consisten en políticas, procesos, educación y formación sobre la ética de la empresa; enfocados en el comportamiento esperado y los procedimientos de funcionamiento en el lugar de trabajo para evitar prácticas potencialmente perjudiciales y alineados con la visión y misión de la empresa. En otras palabras, aprender a vivir conforme al código de ética.
En AmCham existen diferentes empresas miembros con programas robustos de ética, y que han sido destacados entre las empresas más éticas del mundo. Como organización, AmCham tiene como visión ser el principal promotor, educador y catalizador de negocios entre los Estados Unidos y Panamá, y para facilitar el intercambio y desarrollo comercial se rige por los valores de: Democracia, Interdependencia, Libre Empresa, Responsabilidad Social, Ética y Transparencia.
En ocasión del Día Nacional de los Valores Éticos y Morales (establecido por el Decreto Ejecutivo N° 596 de 2008), instamos a que cada vez más trabajemos juntos en la promoción de una sociedad cimentada en valores y el comportamiento ético que nos garantice la paz y la prosperidad que se merecen Panamá, Estados Unidos de América y la humanidad en general.