Por: Emilio Sempris, Chair del Comité de Educación.
El gran salto tecnológico y socioeconómico de los últimos 30 años ha hecho que el futuro de la educación luzca más brillante que nunca. Sin embargo, el actual sistema educativo parece estar preparando a futuros profesional para trabajos que ya no existen o que se estarán realizando de maneras mucho más sofisticadas que las que hoy en día aprenden en las aulas presenciales o virtuales. La realidad es que predecir las capacidades que la humanidad necesitará en 10, 20, o 30 años es uno de los mayores retos en el desarrollo de políticas educativas. A continuación, presento una lista no taxativa ni jerarquizada de doce tendencias en la educación, que podrían considerarse al momento de planificar proyectos, programas, planes o estrategias públicas o corporativas:
- Aprendizaje más personalizado: La educación avanza hacia la personalización para satisfacer las necesidades de cada estudiante. Esto incluye la individualización del plan de estudios para que se ajusten al estilo de aprendizaje de cada individuo. Los estudiantes están buscando formas de tener más control sobre la elección de lo que quieren aprender.
- Un cambio hacia el aprendizaje basado en proyectos: La educación se está alejando de los métodos tradicionales de enseñanza y se acerca al aprendizaje basado en proyectos prácticos. Este enfoque se centra en la enseñanza por medio de proyectos del mundo real que permiten a los estudiantes aplicar sus nuevos conocimientos.
- Habilidades del siglo XXI. La educación futura prestará más atención al desarrollo de habilidades del siglo XXI como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la colaboración y la creatividad.
- Mayor uso de la tecnología: La tecnología desempeñará un papel aún mayor en la educación en el futuro. Todo, desde las plataformas de aprendizaje en línea hasta las simulaciones de realidad virtual, puede mejorar la experiencia de aprendizaje. La pandemia aceleró esta tendencia.
- Mayor atención a la ciudadanía global: A medida que el mundo está cada vez más interconectado, es importante que nuestros hijos conozcan diferentes culturas y formas de vida. La educación tendrá que hacer un mejor trabajo para preparar a los estudiantes para la vida en un mundo globalizado y pluralista. Por ejemplo, ya existen voluntariados internacionales en pueblos originarios y comunidades rurales en el sur global.
- Más énfasis en el aprendizaje social y emocional: Además de los conocimientos académicos, es importante que los estudiantes desarrollen habilidades sociales y emocionales. Estas habilidades son esenciales para el éxito en la vida y serán aún más importantes en el futuro.
- Mayor uso de los datos: Los datos se están empezando a utilizar para seguir el progreso y desempeño de un estudiante, identificar áreas de necesidad y personalizar la experiencia de aprendizaje. En el futuro, los datos desempeñarán un papel aún mayor en la educación.
- Un aumento de los programas de intercambio cultural: En el futuro, la educación hará más hincapié en los programas de intercambio cultural. Esto podría implicar el envío de estudiantes al extranjero para estudiar en otros países o la acogida de estudiantes internacionales en las escuelas locales.
- Aumento de las opciones alternativas de escolarización: En el futuro, aumentarán las opciones de escolarización alternativas, como la educación en casa, el aprendizaje en línea, las micro escuelas y las escuelas concertadas. La pandemia también aceleró esta tendencia.
- Ahora somos estudiantes de por vida. En el pasado, un ciudadano se consideraba como educado cuando cumplia entre 6 y 25 años de educación. Eso cambió. Ahora, no hay edad para reingresar al sistema educativo presencial o virtual y actualizar nuestros conocimientos. Muchos están tomando clases para graduarse en una segunda o tercera carrera. Según la revista Forbes, cerca de 30 millones de personas se unieron a la plataforma de cursos virtuales Coursera durante la pandemia. Esta tendencia seguirá fuerte con la reciente impulso de la economía plateada y el aumento en la expectativa de vida activa de las personas.
- Un movimiento hacia prácticas sostenibles: En el futuro, la educación avanzará hacia prácticas más sostenibles. Esto podría incluir cambiar en los planes de estudios sobre cómo hacer nuestros negocios o emprendimientos con un nuevo paradigma para la sostenibilidad.
- Educación vocacional. Las tendencias de la formación profesional también están en alza. Los países y empresas están viendo el valor de ofrecer oportunidades de crecimiento, por lo que están dando prioridad a la inversión en el desarrollo de capacidades vocacionales.
Por último, es importante recordar que el objetivo último de la educación no consiste en preparar a los estudiantes para que hagan un trabajo determinado en el futuro. La educación va mucho más allá. Es ese vehículo idóneo para impulsar el desarrollo integral de los individuos, dotándolos de las herramientas para que autónomamente puedan aprender a conocer, aprender a ser, aprender a hacer y aprender a convivir, según lo propone el Informe de la Comisión internacional de la UNESCO sobre la educación para el siglo XXI.