Por Aristides Chiriatti, Chair del Comité de Energía
Lo recuerdo perfecto, hace más de 20 años cuando trabajaba para Chevron, empezaba el surgimiento de los primeros vehículos eléctricos y en ese mismo momento unos asesores corporativos nos dieron su proyección de penetración que tendrían los carros eléctricos en los próximos 20 años, sus estimaciones en el mejor de los casos eran del 5%. Datos actuales posicionan a los carros eléctricos con una penetración global de aprox. 3.5% a nivel global, parece que tenían razón.
Ahora bien, cuando hablamos de carros eléctricos a la mayoría de nosotros se nos viene a la mente los vehículos con batería, que ciertamente son los que tienen más años tienen en el mercado, tecnología principalmente liderada por empresas como Tesla. Sin embargo, también existe otros vehículos de motores eléctricos, los carros que utilizan hidrógeno.
El hidrógeno es el elemento más abundante de nuestro universo y se encuentra presente en la mayoría de los seres vivos. Sin embargo, el hidrógeno puro es muy escaso, en cambio existe principalmente combinado con oxígeno en forma de agua. Primero se necesita obtener el hidrógeno, esto se hace dividiendo las moléculas por medio de principalmente dos metodologías, puedes usar metano a través de un proceso llamado reformado con vapor o una fuente de electricidad a través de la electrólisis. Una vez obtienes el hidrógeno puro, puedes quemarlo directamente o mezclarlo con oxígeno en una celda de combustible, que es como una batería. Aunque la NASA utiliza hidrógeno desde 1960 para generar energía para sus cápsulas espaciales, es hasta recientemente que nuevamente a tomado fuerza esta tecnología.
De esta manera podemos recapitular que existen principalmente dos vehículos eléctricos en el mercado que prometen ser el futuro del combustible para transporte, El de baterías y el de hidrógeno. Trataré ahora de comparar ambas tecnologías.
Arranquemos por Autonomía. El promedio de los vehículos de batería actualmente tiene alcances entre 160 a 320 kilómetros, aunque existen vehículos de lujo que pueden llegar hasta 600 kms. El promedio de los vehículos de hidrógeno tienen alcances entre 480 a 640 kilómetros, como lo es el modelo Toyota 2021 Mirai. Así que podemos decir que en cuanto a autonomía son muy similares.
Analicemos el tiempo de reabastecimiento. En el caso de vehículos de baterías es cuestión de horas, cargadores lentos llegan hasta 8 horas y cargados súper rápidos lo pueden hacer hasta en 30 minutos. En el caso de hidrógeno son 3 minutos, mismo tiempo que combustibles fósiles. Sin embargo, la infraestructura de recarga de vehículos de batería esta mucho más desarrollada y en el caso de hidrógeno hay empezar de cero, no existe en nuestra región. Pero hay una realidad que no todas las personas tienen acceso a una cochera o pueden tener un cargador en su casa porque quizás viven en apartamentos o alquilan.
Sigamos con Eficiencia. Si consideramos la densidad de cada energía, el hidrógeno tiene 35,000 wats/kilogramo y las baterías de litio tienen un máximo de 300 watts/kilogramo. En cambio, en la eficiencia energética hidrógeno tiene entre 25-35% y las baterías tienen 70% a 90%. Esto quiere decir que se requiere el doble de energía para producir hidrógeno de lo que necesitas para recargas las baterías. Este proceso hace que el hidrógeno sea mucho más costoso. En este momento la mayoría de hidrógeno producido proviene del gas natural por lo que tiene sustanciales emisiones de gases de efecto invernadero, para que el hidrógeno verdaderamente pueda ser sostenible tiene que producirse de energía renovable. Es ahí que se produce el hidrógeno denominado como Verde ya que tiene cero emisiones.
La buena noticia que tenemos dos excelentes alternativas de energía sostenible para el sector de transporte que prometen acelerar la transición energética. Claramente los vehículos eléctricos de batería llevan muchos años de delantera que los de hidrógeno. Podemos esperar ver como los carros de baterías conquistan mercado agresivamente en los próximos años y esperemos que el hidrógeno puedo encontrar finalmente su nicho quizás para carga pesada y distancias largas. Lo que si no me queda duda es que en los próximos 20 años el crecimiento será exponencial y que el uso de vehículos de combustibles fósiles ira disminuyendo más rápido de lo que nos imaginamos.