Por: Lic. Luisa Castro, Investigadora de Georgia Tech Panamá
Durante la pandemia, hemos visto que el transporte en todos los modos posibles que conocemos —aéreo, marítimo, terrestre, ferroviario, entre otros— se ha visto afectado por los cierres y las continuas disrupciones que genera el COVID-19. La pandemia ha demostrado la importancia de la movilidad no solo de las personas sino de productos y elementos esenciales para las personas, acelerando cada vez más la importancia de que sea más sostenible. Según un informe publicado en el 2020 por Konrad-Adenauer-Stiftung,[1] China redujo las emisiones CO2 alrededor de un 25% durante las 4 semanas de confinamiento, así mismo se notó una mejoría casi de un 50% en ciudades como New York, así como zonas de Italia, España y el Reino Unido.
Estos datos nos muestran que el sistema económico que conocíamos ya no es el mismo, debido a que muchas personas siguen trabajando desde casa, las restricciones de movilidad siguen vigentes, los brotes por el virus continúan; todo esto generando nuevos hábitos en nuestra vida diaria, produciendo cambios hasta de consumo. Esto lo podemos ver sustancialmente reflejado en el incremento en los servicios de última milla, por ejemplo. Un estudio aplicado en Chicago, Londres y Sídney encontró que completar pedidos del comercio electrónico desde un centro micro-fulfillment en estas ciudades reduciría significativamente el volumen del tráfico y las emisiones entre un 16 y 25% para 2025.[2]
Panamá puede ver estas disrupciones como una ventaja y abordar el tema de manera más proactiva, debido a que cuenta con la experiencia necesaria como hub de conectividad y tránsito de mercancías. En este sentido se podría aportar conocimiento en temas logísticos y de innovación, reglamentando las devoluciones generadas en temas de e-commerce de forma sostenible (1 de cada 3 productos que se venden se devuelve[3]), creando estrategias para transformar las prácticas de entregas, o facilitando el acceso a tecnologías para mejores prácticas en inventario, canales de pago, ruteo y entregas de productos que podrían reducir el tráfico urbano, por citar algunos ejemplos.
El COVID-19 aceleró las prácticas sostenibles por necesidad; sin embargo, es el momento de impulsar un cambio en la logística para que ésta sea más sostenible y a conciencia.
Autora:
Luisa Castro
Investigadora
Georgia Tech Panamá
[1] Serie EKLA: Cambio Climático en tiempos de Coronavirus, ¿Podrá el COVID-19 reducir la huella de carbono en América Latina?, Abril 2020.