Por: Carlos Condé, Chair del Comité de Turismo
Sin lugar a duda, el 2020 fue un año para olvidar, sobre todo en la industria turística. Aviones estacionados en el suelo, habitaciones, mesas y asientos vacíos, así como mucha gente quedando sin trabajo.
Al comienzo del 2021 pensábamos que habíamos pasado la peor parte, pero nos dimos cuenta que todavía quedaba un camino muy largo por recorrer. A esta fecha (julio 2021), aún y cuando sigue habiendo muchas restricciones de países limitando el tráfico de pasajeros, entre otras razones por variantes del virus, también es cierto que está comprobado que las personas están ansiosas por viajar.
Datos del Aeropuerto de Tocumen indican que estos meses de julio y agosto, se estima que el tráfico de pasajeros esté a un 60% en comparación con las mismas fechas del año 2019, un número esperanzador y que indica que la intención de viaje va en aumento a medida que los procesos de vacunación vayan creciendo en nuestros países.
Estoy convencido que la gente quiere viajar, y obviamente, quieren viajar de manera segura. La realidad es que toda la cadena de valor de servicios turísticos (aerolíneas, hoteles, restaurantes, tour operadores, transportistas y un largo etc) se han preparado para garantizar a sus visitantes que pueden estar seguros. Sin embargo, depende en gran medida de la conciencia que debe tener cada persona sobre su rol o participación activa que tiene en cuidarse a sí mismo y en consecuencia, cuidar a los que lo rodean.
En el otro lado de la ecuación, están los gobiernos y entes encargados de manejar la pandemia. Lamentablemente, sigue habiendo muchos países/gobiernos en la región, sobre todo al sur del continente que mantienen o incrementan las medidas de cierre de fronteras, cancelación de frecuencias aéreas, restricciones de entrada a turistas, entre otras medidas, sin entender que el verdadero secreto para poder controlar la pandemia, es adelantar lo más posible los procesos de vacunación y llegar a la brevedad a la inmunidad de rebaño. Es directamente proporcional el efecto negativo que causan estas medidas en la recuperación de la industria, y se sigue poniendo en jaque a los prestadores de servicios turísticos que ya vienen en modo supervivencia extrema.
Lo grave de todo esto, es que lo hacen de manera inconsulta y sin coordinación con los stakeholders afectados. Hay evidencia de países donde se ha demostrado que no hay relación directa entre controles a la aviación y al turismo y el control de la pandemia.
Sin embargo, la esperanza de todo el gremio se basa en que la recuperación seguramente será exponencial. Las proyecciones indican que en países desarrollados los procesos de vacunación van adelantados, y eso hará que el excedente de vacunas pueda ser destinadas a los nuestros.
De todo esto nos queda un gran aprendizaje, duro de asimilar. Pero detrás de toda crisis, vienen siempre grandes oportunidades. La pandemia no podrá contra la industria y la resiliencia demostrada por todo el gremio, evidencia que no fue la primera, ni será la última crisis de la cual vamos a salir airosos.
Para cerrar, quiero hacer referencia a un escrito de Albert Einstein sobre la crisis (extracto): “"No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar 'superado'.”
Autor:
Carlos Conde
Gerente Comercial Panamá y Centroamérica
Air Europa