Oportunidades del Sector Privado frente a la Crisis de Confianza

lunes, mayo 27, 2024 - 08:30

Por: Marta Patricia Zuleta – Chair del Comité de Sostenibilidad / Gerente de Sostenibilidad y Asuntos Corporativos de Cervecería Nacional

 

El 2024 ha sido denominado un año súper electoral o incluso el año electoral más grande de la historia ya que se celebrarán elecciones nacionales en más de 60 países de todo el mundo. Se espera que alrededor del 49% de la población mundial – según cifras de la agencia AFP- acudan a las urnas este año en un momento en que la sociedad se encuentra inmersa en un contexto convulso, definido por la incertidumbre socioeconómica, tensiones geopolíticas globales, guerras, inseguridad respecto al futuro- aumentada por la aparición de nuevas tecnologías- y la creciente desconfianza en los modelos democráticos occidentales.

En Latinoamérica 6 países – 2 de ellos centroamericanos- tendrán elecciones presidenciales cruciales para la estabilidad de la región especialmente en lo que se refiere al control de los flujos migratorios y la integración económica en América Latina, todo esto en medio de un entorno social cada vez más polarizado y tensionado.

El denominador común de las múltiples votaciones en la región podría ser la alternancia de poder, pudiendo ser el voto castigo la herramienta preferida por los latinoamericanos en 2024. Esta reacción, sin embargo, no tendría que ver necesariamente con giros ideológicos si no al malestar social por décadas de promesas incumplidas y la falta de confianza institucional, un elemento esencial para el funcionamiento de las sociedades.

En medio de esta crisis de confianza, surge una oportunidad para el sector privado -  especialmente el centroamericano - y es que de acuerdo al estudio “Reputación en Centroamérica: el valor de la Confianza” realizado y publicado por la revista Estrategia & Negocios (E&N), en alianza con Datos Group y la consultora PIZZOLANTE, en Centroamérica, la Empresa Privada es la institución que genera mayor confianza con casi un 41,5% de menciones en la encuesta, incluso por encima de instituciones religiosas, universidades y organizaciones no gubernamentales (ONG´s).

¿Pero, qué es la confianza? En relación con las empresas la confianza se percibe como el sentimiento positivo de admiración y respeto que se materializa en actitudes y genera una percepción favorable hacia éstas, en virtud de la transparencia de sus actos, es decir, hace lo que dice; otorgándole licencia social para operar, diferenciación, cercanía con sus grupos de interés, recomendación positiva a gran escala y en consecuencia buena reputación; a partir de la certidumbre (o mayor probabilidad) de que no fallará.  La reputación, por lo tanto, no es propiedad de las empresas, se construye, se merece y el poder de concederla lo tienen los grupos de interés, no obstante, es responsabilidad de las organizaciones gestionarla con el objetivo de hacerse merecedoras de la tan valorada confianza.  

Ante esta realidad en la que se ha otorgado un alto nivel de confianza al sector privado, es importante que las empresas estén anuentes a las expectativas que generan, en un momento en el que la sociedad se encuentra en un contexto delicado, complejo, de profunda transformación, con amplias brechas sociales y gran fragilidad institucional. Las empresas tienen un rol protagónico de generación de desarrollo, progreso y bienestar; son ecosistemas vivos e interconectados con una gran oportunidad de impactar positivamente.  Están llamadas a asumir un rol activo en la realidad nacional de los países en los que operan, deben contribuir al bienestar general a través de la implementación de estrategias sostenibles que respondan a los desafíos medioambientales, sociales, y económicos a los que se enfrenta la sociedad moderna, mediante la adopción de prácticas éticas, transparentes y respetuosas con sus grupos de interés, y así complementar las acciones estatales.

Un sector privado comprometido con la sostenibilidad no solo honra la confianza otorgada, también agrega valor a su entorno, brinda esperanza y optimismo para el futuro, jugando un papel fundamental en la construcción de una sociedad más equitativa y sostenible.